miércoles, 28 de junio de 2017

LA EMS EN LA LISTA DE GRANDES MOROSOS DE LA AGENCIA TRIBUTARIA

LISTADO DE GRANDES MOROSOS RECIENTEMENTE PUBLICADO POR LA ATE, Y EN EL QUE FIGURA LA EMPRESA MUNICIPAL DE SUELO DE SAN FERNANDO DE HENARES SA CON UNA DEUDA DE 1,7 MILLONES DE EUROS
EL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN DE ESTA EMPRESA EN 2009, AÑO EN QUE SE AUTORIZÓ LA VENTA DE LOS LOCALES DE LA EMS A PESF SL, Y QUE LUEGO SERÍA LA CAUSA DE SU RUINA. ENTRE CÍRCULOS ROJOS LOS CONSEJEROS DE LA EMS QUE TAMBIÉN LO ERAN DE PESF SL.

UN CONCURSO DENTRO DEL CONCURSO
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La Empresa Municipal de Suelo de San Fernando de Henares SA, hoy en liquidación, aparece en la lista de los grandes morosos de la Agencia Tributaria recientemente publicada por el Ministerio de Hacienda con una deuda de 1.699.690 €. Participada al 100 % por el Ayuntamiento, fue creada en 1993 y hoy no solo se halla en liquidación, sino con una deuda fiscal de 1,7 millones de euros. Es decir, una deuda que casi duplica su capital social.

La peripecia reciente de esta empresa municipal en los últimos tiempos, ha corrido la misma suerte que la de PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL: su quiebra y ruina total. La caída en desgracia de esta mercantil que fue constituida en 1993 y nació con la misión de gestionar el Patrimonio Municipal de Suelo entre otros fines, ha tenido un final que es bochornoso y desde luego merece que le dediquemos en el futuro más atención.

La causa de esta formidable deuda y su indudable incidencia en la quiebra de esta sociedad municipal, mediante la cual se han prestado buenos y rentables servicios al municipio como la construcción de la vía de circunvalación o la promoción de viviendas, se debe fundamentalmente a una lamentable operación de venta de veinte de los locales de la Fábrica de Paños a PESF SL en el año 2009. Esta operación, montada y diseñada con la sola finalidad de inyectar la liquidez que le faltaba a la EMS en su promoción del solar de Echeveste por importe de 3,2 millones de euros, acabó siendo atrapada sin embargo en una gigantesca deuda fiscal de dicha operación al no poder pagar PESF SL el IVA de la transacción (más de 1,4 millones de euros), y tener así que hacer frente como obligado sustituto a la correspondiente liquidación fiscal de la venta.

Esto provocó finalmente que la EMS acumulara pérdidas millonarias por segundo año consecutivo (2011 y 2012) y por ello tener que ser liquidada. Agravada después por una incomprensible sentencia del Juzgado de lo Mercantil número 6 que lleva el concurso de PESF SL, cuyo fallo adjudicó esos locales propiedad de la EMS a la empresa mixta, y que finalmente acabaron todos en manos de IBERCAJA en tanto que acreedor hipotecario de la empresa municipal. Incomprensiblemente la EMS no se personó en los incidentes concursales habidos al efecto quedándose finalmente sin locales y con una deuda fiscal descomunal, que tenía que haber pagado PESF SL. Es decir, se provocó un concurso dentro del concurso.

Sin perjuicio de volver más adelante sobre este tenebroso asunto, es palmario el rotundo fracaso de los gestores de la EMS de los últimos años, cuyas frívolas decisiones han acabado no solo provocando la liquidación de la sociedad, sino aparecer en una de las más lacerantes e indecentes listas de grandes morosos fiscales para escarnio de todos los contribuyentes. Que una empresa municipal como esta, acabe figurando en el pelotón de los morosos con una deuda fiscal viva de 1,7 millones de euros, es lo más representativo de una época en la que sucedieron dos de los mayores desastres habidos en nuestro municipio: la quiebra de PESF SL con un interminable reguero de acreedores, y la quiebra también de la EMS con una deuda fiscal con Hacienda de 1,7 millones de euros.

Y es también la muestra más genuina de una época marcada por el acceso a la gestión de estas empresas públicas de personas y administradores políticos todos ellos, que han arruinado a la una y a la otra con gravísimos quebrantos a los acreedores, la hacienda pública y al propio Ayuntamiento. Resulta pues insoportable que aún haya personajes responsables y administradores de este doble desastre, que anden por ahí dando lecciones de cómo gestionar la cosa pública, y no se hagan cargo de nada de lo que hicieron como si todo esto hubiera ocurrido en otro planeta. Es algo más que el fracaso de una época nefasta; es la constatación de que tampoco se dan por aludidos ni van a responder nunca por estos desmanes. El estrepitoso fracaso de unos gestores públicos que arruinaron las empresas públicas que administraban, y el fracaso también de una oposición que no ha hecho casi nada porque sus responsables paguen por estos desastres cuyo coste económico para el municipio es ya inevitable y muy oneroso.

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