jueves, 29 de septiembre de 2022


 

 ASÍ NOS QUIERE EL ALCALDE CORPA

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Tras unas semanas de asueto y ocupados en otros menesteres más gratificantes, volvemos a la carga. 

Y lo hacemos para denunciar el desnortado carácter autoritario del alcalde Corpa pues, mediante la amenaza de la presentación de una querella por injurias y calumnias perpetradas, según él, claro, contra su derecho al honor por publicar cuestiones relacionadas con las actuaciones judiciales que en entradas anteriores hemos expuesto, nos quiere calladitos y sumisos porque no solo le debemos respeto a su egregia figura de alcalde, sino también, al parecer, obediencia al más puro estilo del periclitado y opresor régimen anterior.

Y, como para preparar la querella por calumnias o injurias se requiere un previo acto de conciliación, hoy hemos celebrado el mismo sin avenencia, claro. Porque no hay nada a lo que avenirse.

Según su escrito, pretende que nos arrepintamos de nuestro pecados calumniadores, que seamos buenecitos y estemos calladitos, que lo admitamos en este blog y que, ya si eso, pues su magnanimidad excelsa tal vez nos hagamos merecedores de su perdón.

Dada la naturaleza de las pretensiones y nuestra condición de ser denunciantes suyo y testigos a propuesta de la Fiscalía, para el juicio a celebrar en su día en el Juzgado 3 de lo Penal de Alcalá de Henares, vamos a poner este intento de intimidación en manos de nuestros abogados para que estudien si el mismo puede contener alguna relevancia penal.

No obstante lo cual, el alcalde Corpa pretende con estas iniciativas que no pueden tener recorrido judicial alguno, que nos amedrentemos y que moderemos nuestras críticas hacia él, su gestión y la del equipo de gobierno. Al fin y al cabo entramos en año electoral. Así nos lo manifestó además hace un par de meses, en una inexplicable invitación a un café a nuestro presidente, cuando hay multitud de cuestiones pendientes con lo que es una intolerable y evidente consigna: a El Molino ni agua.

Pues bien señor Corpa, aceptamos el reto. En el texto de la demanda de conciliación dice usted que le tenemos inquina por las críticas que vertemos hacia usted. Como si a estas alturas los ciudadanos tuviéramos la obligación de amar a nuestro gobernantes. Resulta grotesco leer en un texto destinado a conciliar no se sabe bien qué, que de entrada se lamente usted de que no lo amamos lo suficiente como para sentirse reconfortado, en lo qua parece es una evidente carencia que le delata, pues es sabido que en el ejercicio del poder hay que venir llorado de casa. 

En todo caso, está a tiempo de rectificar y dejar de hacer oídos a todos esos asesores áulicos espontáneos que le susurran al oído, y aterrizar sobre al menos una realidad por lo que a nosotros respecta: que no nos vamos a dejar amedrentar ni por una ni por una docena de querellas que nos ponga. 

Y haría bien en rectificar, ser más humilde y reconocer al menos, que en las Juntas de Gobierno Local de 3 y 29 de julio de 2009 usted votó lo que votó, y eso es lo que cuenta. Lo demás, señor Corpa, no son más que amenazas frente a las cuales responderemos adecuadamente. No le quepa la menor duda.



ESPONTÁNEOS DEFENSORES DEL DERECHO AL HONOR AJENOS
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Aquí tenemos un ejemplo más o menos del estado de cosas de la política local en la versión más militante, por decirlo suavemente, de cómo el alcalde Corpa manda a patrulleros de las redes sociales, como en las mejores de la autocracias del comisariado político. Y no ya solo para husmear quién habla mal de él, sino también quién se hace eco de esos comentarios digamos que poco elogiosos para su gestión. De forma y manera que, como es fácilmente comprobable, le surgen espontáneos defensores de su derecho al honor tratando de intimidar a quienes simplemente enlacen nuestro blog o se hagan eco de lo que decimos o hacemos. Y, además, ofrece sus servicios legales conmilitantes para tratar de taparnos la boca porque osamos criticar su gestión actual o pasada y, por lo tanto, debemos callar ante abusos del poder o simplemente su mala gestión.

No faltan pues nunca diletantes espontáneos de derechos ajenos (los delitos de calumnias son lo que se conoce como delitos privados; cuya defensa solo la puede ejercer el ofendido), que se dedican a patrullar las redes sociales para ver quien osa criticar al gran conducator que nos gobierna. Algo muy parecido a los viejos censores inquisitoriales que acudían raudos al alguacil mayor a denunciar desafectos a los que llevar a galeras, para ser torturados y luego quemados en la hoguera.

Han cambiado muchos las cosas afortunadamente desde aquellos tenebrosos siglos, pero el espíritu censor inquisidor perdura entre aquellos gregarios del poder, que no han asimilado bien la democracia y están en la creencia de que los ciudadanos libres, debemos someternos a sus designios y obediencia porque si no podemos ser carne de querella por calumnias. 

Resistiremos pues firmes ante estos absurdos embates de espontáneos defensores del derecho al honor corporativo de nuestros políticos (como si los juzgados no tuvieran cosas más importantes que hacer), y mantendremos enhiesta la bandera de la libertad de la más que merecida crítica a su nefasta gestión, convencidos de que así le prestamos un mejor servicio a los conciudadanos que nos siguen, en lugar de convertirnos en vergonzantes correas de transmisión del alcalde, el vicealcalde y su gobierno, para cuyo papelón de chupamedias hay ya demasiados voluntarios. Seguimos pues en la batalla.