La empresa Echeveste S.A. no tenía título de propiedad sobre 7.451,26 m2 de los 20.192 que formaban parte sus antiguas instalaciones. La superficie externa a lo que era la huella del edificio de la fábrica, fue ocupada durante años mediante un muro levantado sobre terreno que era de propiedad pública. He aquí un plano de 1773, donde puede ser observado el edificio propiamente dicho y el resto de los espacios y construcciones.
En 1880 fue levantado un plano y transmitidas por el Estado todas las calles y plazas, así como los caminos y sus árboles, al Ayuntamieto. También los espacios del final de las calles Gonzalo de Córdoba e Infanta María Luisa. El edificio de la fábrica no fue transmitido al Ayuntamiento, y quedó en poder de Patrimonio que, algunos años después, desamortizó. Pero exclusivamente la superficie correspondiente a la planta del edificio y sus restos. Mediante aquella escritura de cesión el Ayuntamiento adquirió todo el espacio que rodeaba al edificio.
Documento de amojonamiento, deslinde y medida, levantado por el Real Patrimonio en 1848, y que sirvió de base para la posterior escritura de 1880, mediante la cual, el Ayuntamiento adquiría la titularidad de las calles, plazas y caminos de San Fernando.
Plano catastral utilizado por el PGOU de 2002, donde puede verse las antiguas propiedades de Echeveste, tras la polémica permuta realizada mediante un convenio firmado en el año 1996
Inscripción en el Registro de la Propiedad de las transmisiones realizadas. Con carácter previo se procedió a la inscripción de las fincas propiedad de Echeveste, que no puede demostrar título suficiente de 7.451,26 m2. Esos metros eran en realidad ya del Ayuntamiento desde 1880, y sin embargo se inscribe mediante el reconocimiento de un "exceso de cabida". Increíble pero cierto.
El convenio firmado en 1996 entre Echeveste y el Ayuntamiento. En él se viene a reconocer que de los 20.190 m2 que conforman el perímetro vallado, sólo puede probar la propiedad de 12.740 m2, aunque el resto lo ha adquirido por "posesión y libre disposición". Es necesario hacer notar que los bienes municipales son imprescriptibles, y que aunque Echeveste lo hubiera estado ocupando, no lo podía adquirir por esa razón: que ya era del Ayuntamiento.
Resulta inconcebible la alegría con que se actúa, y la poca tarea de investigación que desde el Ayuntamiento se hace con respecto de sus bienes. Hasta el extremo de "permutar" un bien que ya era de su propiedad. Los regalos que se vienen haciendo en la ejecución de la unidad UE-1 de la plaza de España, tienen un precedente también sorprendente. Más de 8.000 m2 de subsuelo público de la plaza de España ha sido entregado a un empresa privada. Otros 2.400 m2 privatizados mediante un proyecto aprobado e inscrito como complejo inmobiliario. Y los 7.451 m2 regalados a Echveste en 1996 y luego permutados cuando ya eran del Ayuntamiento, jalonan una irresponsable lista de alegrías con lo que era patrimonio de todos. Era, porque, evidentemente, ya no lo es.