LA SOCIEDAD MIXTA Y LA TELA DE ARAÑA
***
AVISO A NAVEGANTES
***
Nuestro último número de EL MOLINO DE PAPEL del mes de agosto, ha tenido una gran repercusión y han sido numerosos los seguidores del blog que nos han pedido el envío de dicho ejemplar. Para los que no han podido hacerlo antes porque estaban de vacaciones y para conocimiento de nuestros seguidores en general, iniciamos ahora una serie de entradas mediante las cuales iremos explicando pacientemente, cómo la sociedad mixta se halló desde el primer momento de su constitución a merced del conglomerado de sociedades del grupo empresarial cine San Fernando, radicado en Ventura de Argumosa 22. Esta es la primera de dichas entregas.
***
Arriba se refleja en un gráfico lo que no es otra cosa que la tela de araña en que se vio envuelta la sociedad mixta PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL, nada más comenzar sus operaciones.
Lo primero que hicieron fue firmar el contrato de prestación de servicios con WOODMAN SL, cuyos administradores habían conseguido blindar mediante la argucia de insertar en el clausulado de los convenios expropiatorios precisamente ese compromiso. Dicho contrato lo fue por un importe de nada menos que 4,2 millones de euros, para una sociedad que ni siquiera tenía empleados.
Inmediatamente después, uno de los propietarios que no aceptaba la fórmula ofrecida de pago en "especie", exigió el cumplimiento de los compromisos secretos mantenidos con él, y PESF SL utilizó a la mercantil patrimonial de uno de los socios de WOODMAN SL para solucionar el problema. Y es así como la sociedad patrimonial AGRÍCOLA MONTESINOS SL, acabó pronto comprando las 398 participaciones del socio FINCAS RAMÓN NÚÑEZ SL. Eso sí, la compradora pagó 800.000 € por unas participaciones que el Ayuntamiento acababa de valorar en 254.000 €.
El interés de la compra le fue notificado notarialmente a uno de los miembros del consejo de administración, el vocal MANUEL G. ROJO, en el Ayuntamiento el 4 de agosto, pues en aquellos momentos ejercía de alcalde en funciones.
La finalidad de la notificación notarial era, naturalmente, cumplir las disposiciones estatutarias y la propia ley de sociedades, con la obligación del consejo de administración de comunicar la oferta a los demás socios. Pero no se realizó por parte del consejo dicha notificación al resto de los socios. Y el resultado final fue que AGRÍCOLA MONTESINOS SL compró las 398 participaciones de FINCAS R. NÚÑEZ SL, y se convirtió así en nuevo socio de PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL.
Sin embargo, y para sorpresa de propios y extraños, AGRÍCOLA MONTESINOS SL le vendió unos meses después a PESF SL su participación societaria, pero ¡al mismo precio de 800.000 €!. Es decir, la sociedad mixta pagó a AGRÍCOLA MONTESINOS SL los mismos 800.000 €. Eso sí, esa compra, que se formalizó mediante una modificación del convenio de expropiación aprobado por el Ayuntamiento, pero cuyo anexo firmó el consejero delegado de la sociedad sin autorización de la corporación pues, ¡se realizó por cuenta del Ayuntamiento! Es decir, no se trataba de una operación de autocartera, sino de la compra pura y dura de unos derechos en favor de un socio, el Ayuntamiento, que controlaba la sociedad además a través de sus órganos de administración, pero metiendo directamente la mano en la caja; es decir, con dinero de la sociedad.
No obstante lo cual, en los balances de la sociedad aparece este importe (y otros más) como créditos a favor de la sociedad, cuando en realidad evidentemente nada de eso es así.
Y dado que la sociedad mixta carecía de liquidez desde su constitución, por cuanto que el capital social lo era todo en forma de aportaciones no dinerarias (aquí no ha puesto un euro físico nadie, excepto Caja Madrid claro está), y que los préstamos hipotecarios no le fueron aprobados sino hasta el 31 de diciembre de 2008, es por lo que a lo largo de todo el año 2008 y parte de 2009, PESF SL tuvo como entidad financiadora a otra sociedad del grupo de los socios de WOODMAN SL: RESIDENCIAL ALPERCHINES SL.
De esta forma, PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL acabó enredada y presa de una formidable tela de araña que no podía eludir de ninguna forma, tejida por los socios de la gerente. Así pues, WOODMAN SL era la sociedad que la gerenciaba a cambio de un suculento contrato de prestación de servicios. AGRÍCOLA MONTESINOS SL compraba las participaciones de los socios descontentos a precios desorbitados, siguiendo las instrucciones de los responsables municipales y adquiriendo esas participaciones por cuenta del Ayuntamiento. Es decir, actuando como un auténtico testaferro de la corporación. Para, finalmente, acabar echándose en brazos de otra sociedad del mismo grupo, RESIDENCIAL ALPERCHINES SL, como la mercantil que financiaría los gastos a los que PESF SL habría de hacer frente en 2008, y que ascendieron a 1,5 millones de euros.
Eso sí, simultáneamente, RESIDENCIAL ALPERCHINES SL se veía favorecida por una ventajosa permuta de suelo con el Ayuntamiento y de la que hablaremos en la próxima entrada.
***
(CONTINUARÁ)
No hay comentarios:
Publicar un comentario