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LA ESCUELA INFANTIL EL TAMBOR DE LA COMUNIDAD DE MADRID EN EL COMPLEJO DE "EL PILAR", DESALOJADA Y CERRADA ABRUPTAMENTE LA SEMANA PASADA POR LAS OBRAS DE REPARACIÓN DEL METRO
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EL TAMBOR CLAUSURADO POR LAS OBRAS DE REPARACIÓN DEL METRO *** LOS PADRES PIDEN EXPLICACIONES POR LA IMPROVISACIÓN Y LA FALTA DE INFORMACIÓN ***
Hemos recibido informaciones de los padres de los niños que van a la escuela Infantil El Tambor dependiente de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, cuyo cierre fue anunciado el pasado martes de forma improvisada a causa de las obras de reparación del Metro, sembrando la inquietud lógicamente entre los padres que llevan a esta escuela infantil a su hijos. Nos han hecho llegar sus quejas facilitándonos además información detallada de cómo han sido desalojados los niños, así como la secuencia cronológica de unos hechos que reproducimos.
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El pasado martes, cuando muchos de los padres recogían a sus hijos hacia las 15:30 horas, la directora de la escuela les iba informando verbalmente sobre la posibilidad de que a partir del viernes fuera necesario abandonar la escuela y trasladar los niños al colegio Goñalons. La explicación dada a este súbito traslado obedecía según la directora a que las obras de reparación del Metro que se estaban llevando a cabo en el propio complejo de El Pilar, generaban mucho humo e incluso polvo que podía ser nocivo para los niños. Es de advertir que las obras ya llevaban ejecutándose varias semanas sobre el propio complejo, donde han tenido que ser desalojados también el resto de los edificios (Escuela de Idiomas, Concejalía de la Mujer, etc), con incursiones e incidencias sobre incluso el propio patio de la escuela y otras instalaciones auxiliares.
Y fue el miércoles siguiente cuando hacia la misma hora los padres fueron informados de lo que ya era una decisión segura: la necesaria evacuación de la escuela. Y si bien los responsables de la guardería no contaban con mucha información, por parte de responsables de Educación se había procedido a realizar ya mediciones y a examinar las instalaciones a las que iban a ser trasladados los niños. Los padres no obstante no recibieron aviso por escrito en forma alguna ni desde luego otra comunicación distinta a la verbal de la directora. Razón por la que previa reunión acordaron pedir otra con el concejal de educación y con la alcaldesa. Quienes a su vez les manifestaron desconocer nada del asunto y no haber recibido tampoco comunicación o notificación alguna al respecto de la Consejería de Educación. Y fue el día 19 jueves, uno antes de lo previsto para iniciar el traslado, cuando los padres pudieron reunirse con los responsables de la Consejería de Educación hacia las 18:00 de la tarde y ser recibidos en su sede de la calle Alcalá de Madrid. Los padres obtuvieron no obstante también el compromiso del propio concejal de educación de acudir a las dependencias de la consejería al día siguiente, con el objeto de obtener información y garantías. Y aunque las decisiones eran la del traslado al viejo Goñalons, sin embargo las obras de acondicionamiento y transformación de sus dependencias a una guardería, los padres la consideran más que problemática poder hacerlo en tan solo cuatro días. Y desde luego se pregunta pues y con razón, si es posible habilitar un colegio en desuso y con 46 años de antigüedad en unas instalaciones medianamente confortables y seguras para bebés de entre 0 y 3 años.
También desconfían los padres de que en realidad la causa esgrimida de los "humos y los ruidos" para el traslado de los niños, esconda otros riesgos más graves que han podido ocultarse. Así, recuerdan que el gimnasio del complejo de El Pilar ha tenido que ser demolido por riesgo de derrumbe, y que asimismo han sido detectados roturas en los testigos de la Escuela de Idiomas con la correspondiente alarma. En definitiva, una lamentable situación derivada de unos incidentes graves en la Línea 7 y particularmente en el tramo de San Fernando, que ha obligado a la Cía. Metropolitana a clausurar la circulación durante tres meses.
Y el problema es que ya llueve sobre mojado, pues también estuvo cerrada otra temporada en 2011 por la aparición de grietas en varios edificios de Parque Henares y otros bloques del municipio afectados, también en aquella ocasión con el objeto de impermeabilizar las bóvedas de los túneles, cuyas filtraciones habrían provocado al parecer ya entonces los movimientos en las cimentaciones de los edificios. Algo que por lo que parece se repite ahora si bien en unos tramos próximos.
INCOMPRESIBLES FALLOS REPETIDOS EN UNA OBRA DE INGENIERÍA REALIZADA CON EQUIPOS Y MEDIOS EXPERIMENTADOS
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Las obras de la ampliación de la Línea 7 del metro de Madrid, fueron licitadas e iniciadas en el año 2005 y, tras veinte meses de ejecución, comenzó a funcionar en 2007. No obstante lo cual el trazado original aprobado no era el que ahora conocemos, sino que inicialmente el propuesto se vio alterado a resultas de la oposición del propio Ayuntamiento encabezado entonces por la alcaldesa Monserrat MUÑOZ, quien a toda costa quería que una de las paradas lo fuera en la plaza de la Fábrica de Paños junto al Ayuntamiento, lo que obligó a reconsiderar y cambiar el trazado original del proyecto.
Ahí tuvieron ya ocasión de comprobar los viejos problemas geológicos y de filtraciones subterráneas en San Fernando en propias carnes, puesto que las obras de las que se conocen como la promoción viviendas de Echeveste realizada por la EMS, sufrieron grandes retrasos además de por las obras de ampliación del Metro, por misteriosas inundaciones que duraron hasta dos años y cuyo origen inicial fue achacado a la rotura de un colector de Coslada. Cuestión esta que como luego se vio no era correcta, pues episodios parecidos ya se habían producido en otras promociones de la misma franja de terreno y en otros tiempos.
En el tramo final, para la ampliación de la Línea 7 (La Rambla - San Fernando - Hospital) fue utilizada la tuneladora Mascastiza a la que corresponde la fotografía. Esta obra fue la que más herramientas de cortadores y rastrillos fue necesario cambiar en toda la ampliación, debido a la dureza de los yesos del subsuelo especialmente en San Fernando. Los informes técnicos aunque reconocen que a lo largo de los casi 5 kilómetros de la obra tuvieron frentes de duro yeso, en cambio reconocían que precisamente la dureza de las peñuelas y de esos yesos permitían una mayor estabilidad de las obras reduciendo todo riesgo de asentamientos.
Sin embargo en 2011, apenas a cuatro años de la inauguración de la ampliación de la Línea 7, comenzaron a aparecer grietas visibles en varios de los bloques de Parque Henares y Eugenia de Montijo, tal y como puede apreciarse en la foto. Ya entonces fue preciso cerrar el tráfico entre las estaciones de San Fernando durante dos meses sin que, por lo sucedido ahora, se solucionara totalmente el problema ni mucho menos.
ALGUIEN NO HIZO BIEN SU TRABAJO
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El tramo final de la ampliación de la Línea 7 de Metro hasta el Hospital fue adjudicado a la empresa DRAGADOS, tuvo un presupuesto de licitación de 372,20 millones de euros y un plazo de ejecución de 20 meses. Los equipo de ingeniería de MINTRA (la empresa pública encargada de realizar las obras para la Cía. Metropolitana) son muy experimentados y técnicamente solventes. Por su parte todas las empresas que han ejecutado las obras de ampliación son punteras en el mundo, con grandes y complejas licitaciones en este tipo de obras en muchos países.
Así pues es necesario preguntarse cuál es la razón por la que el tramo final de esta obra ha causado y está causando tantos problemas y a tan pocos años de su ejecución, cuando son perfectamente conocidos los problemas geológicos que presenta el subsuelo de San Fernando, y muy particularmente en el tramo por el que discurre en nuestro municipio. Incluso ya desde los primeros años de su incorporación al Patrimonio de la Corona en el siglo dieciocho existen numerosas explotaciones de yeseras, algunas de las cuales por cierto puede ser observada aún hoy día precisamente en las proximidades del Hospital.
Hay que concluir pues que en esta obra cuyos problemas sufrimos ahora de forma recurrente, hasta el extremo de peligrar la seguridad de algunos de los edificios, alguien no hizo correctamente su trabajo. Razón por la cual es necesario que la Consejería de Transportes y los órganos responsables den una explicación clara, transparente y rápida a la lógica inquietud de los usuarios y afectados. Es hora desde luego de no conformarse con paños calientes o esconderse tras el parapeto de un frío informe redactado por un técnico para echarle la culpa al río, a un acuífero desconocido o a una falla del cuaternario. Los políticos responsables de esta importante infraestructura de la que dependen 120.000 usuarios, deben una información puntual, transparente y sobre todo fiable.
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