sábado, 11 de octubre de 2014

DE LAS TARJETAS NEGRAS EN BANKIA Y OTROS SEÑUELOS

EN MAYO DE 2013 LANZÁBAMOS NUESTRO NÚMERO EXTRA DEDICADO A LOS DISPARATES E IRREGULARIDADES EN LA TRAMITACIÓN DE LA CONCESIÓN DE SIETE PRÉSTAMOS HIPOTECARIOS, POR PARTE DE CAJA MADRID A LA MERCANTIL MIXTA PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL. PARA AQUELLOS QUE DESEEN RECIBIR EL EJEMPLAR COMPLETO PUEDEN PEDIRLO AHORA A NUESTRO CORREO: elmolinodesanfernando@hotmail.es

AVISO A NAVEGANTES

Desde los medios de comunicación se nos ilustra ahora (a buenas horas mangas verdes), con el escandaloso dispendio de las tarjetas de crédito sin límite y opacas fiscalmente, otorgadas a los integrantes del Consejo de Administración y otros órganos de Caja Madrid a lo largo de cerca de diez años. Recibidas por los interfectos como una deferencia protocolaria dispensada por la especial y cariñosa atención del presidente del cotarro (léase señor BLESA), en razón de su cargo corporativo de nuevo rico; estaban sin embargo bien convencidos de hallarse inmunes y protegidos. Se lanzaron pues a gastos compulsivos sin límite en restaurantes de lujo, hoteles de ídem, relajantes viajes, compras de loewes y vuittones, salones de exquisitos gourmet, vestuarios y complementos de la moda, y, en fin, a una interminable lista de gastos sin cuento ni mesura. Pero este selecto puñado de elegidos que ocuparon y gozaron durante años y años de esta formidable canonjía, eran sin embargo elegidos por cooptación por diferentes estamentos previo pacto de las organizaciones que se repartían la tarta: partidos políticos, sindicatos, y organizaciones patronales. 

Y una vez conseguido el pacto (en razón de un escrupuloso reparto proporcional de representación), activaban los mecanismos para nombrarlos: asamblea de Madrid, ayuntamientos, impositores, y hasta los propios empleados de la Caja y las llamadas "entidades representativas" (?) participaban en la fiesta. Lo asombroso es que todas estas instituciones y organizaciones, acababan escogiendo a los nombres previamente pactados por PP, PSOE, IU, CC.OO, UGT, CEPYME, que son los que se repartían el tinglado.

Pero si lo de las tarjetas negras se cifra en un gasto sin control (ni siquiera de Hacienda) por importe de 15 millones de euros (ojo, a lo largo de casi diez años), bien podemos calificar no obstante la justificada escandalera no exenta de morbo, como una especie de señuelo. Que sin embargo tapará o dejará en un segundo plano otras operaciones y formas de actuar mucho más millonarias, escandalosas e importantes, que bien nos atrevemos a decir que no serán objeto de tan minucioso escrutinio (por parte de los medios, claro) como lo son estas ominosas tarjetas. 

Nos referimos por ejemplo a los negocios de las participadas por Caja Madrid (y el reparto también de sus consejeros "políticos"), algunas de ellas auténticas ruinas, así como sobre todo los préstamos "políticos". Es decir, aquellos préstamos otorgados a los propios consejeros, los partidos políticos (acostumbrados a negociar su condonación con todos lo bancos), los sindicatos, y a los propios medios de comunicación y sus grupos (ver libros como PAPEL MOJADO, Informe Mongolia, o la tesis doctoral de NÚRIA ALMIRÓN, PODER FINANCIERO Y PODER MEDIÁTICO: BANCA Y GRUPOS DE COMUNICACIÓN. Por poner solo algún ejemplo). ¡Ay, si fueran públicamente conocidos cómo y en qué condiciones han sido refinanciados los impagables préstamos que tienen contraídos con la propia banca (Bankia incluida), estos conspicuos medios que ahora se rasgan las vestiduras con el caso de la tarjetas negras de Bankia! (1)

En nuestro municipio hemos asistido, para nuestra desgracia, a un paradigma de la alegre (y ruinosa) política de concesión de créditos de la inefable Caja Madrid, gobernada pues y durante larguísimos años por este selectivo grupo de gestores y políticos. Entregados sin recato a una orgía de irresponsable y explosiva mezcla que finalmente ha estallado: la del poder político comprado sin rubor a base de favores en la concesión de préstamos a los suyos, y, naturalmente, de indisimuladas tarjetas de crédito sin límite y fuera del alcance de los ojos de Hacienda y otras ventajosas coimas. Así funcionó este tinglado durante años y años, hasta que finalmente cayó el negocio y el pinchazo de la burbuja hizo aflorar la cruda realidad: todo estaba en manos de personajes venales cooptados por el poder político, sindical y empresarial, viviendo en una especie de balneario de oro blindado, y que además acabaron arruinando la entidad.

Como decimos, un caso paradigmático de lo que no se debe hacer en banca y mucho menos en su política de riesgos, es precisamente lo que ha sucedido con nuestro particular caso de la plaza de España. He aquí algunos hitos, solo algunos, de cómo se concedieron 54 millones de euros en forma de siete préstamos hipotecarios para acometer una actuación urbanística a una sociedad recién constituida, presidida y administrada también por un puñado de políticos. Pero que como no tenían ni idea del negocio, delegaron la gestión previo pago de honorarios escandalosos en una mercantil privada, WOODMAN SL, que solo iba a por la pasta y para hacer otros negocios propios. Y que a su vez desviaron importes ingentes (cerca de 25 millones de euros) para operaciones distintas por las que le habían sido concedidos los préstamos, que hipotecaron una plaza pública a pesar de que hay cerca de una docena de disposiciones que lo prohíben. Y que final y desdichadamente, está en la ruina más absoluta habiendo causado innumerables perjuicios a socios, proveedores, y a la propia institución municipal que ha visto cómo ha perdido finalmente más de 11 millones de euros de su capital social invertido, así como una subvención de 900.000 € sin justificar que ni siquiera se han molestado en exigir su reintegro. 

He aquí pues solo algunas de las cuestiones por las que no podemos sino llevarnos las manos a la cabeza, asombrados y sin comprender bien cómo es posible que en este caso haya tanta gente que ha hecho tan mal su trabajo. Y entre ellos están también los fedatarios públicos, los grupos de la oposición, el tejido asociativo tan acrítico como complaciente y, en fin, todos aquellos que debieron evitar este desastre si hubieran intervenido a tiempo, pero que solo se dedicaron poner el cazo y a seguir mirando para otro lado.

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(1) NOTA. Llama la atención el formidable despliegue realizado sobre el caso de las tarjetas negras de Bankia (al fin y al cabo hoy una banca pública), por grupos mediáticos que en realidad están en manos de otros bancos de la competencia por no devolver sus multimillonarios préstamos. Es el caso, por ejemplo, del Grupo Prisa, hoy en manos de sus bancos acreedores por su voluminosa deuda impagada (BBVA, Santander y la Caixa). ¿Informará nuestro principal grupo de comunicación "independiente" con el mismo despliegue que en el caso de Bankia, de las tarjetas VIPs de los consejeros de sus bancos protectores? ¿Lo harán el resto de los grupos  de comunicación igualmente en manos de los mismos bancos? ¡Quiá...!


...Y A PROPÓSITO DE PUFOS: EL CASO PLAZA DE ESPAÑA

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El día 30 de diciembre de 2008 acudía al notario el entonces concejal de urbanismo y también consejero delegado de la sociedad mixta presidida por el alcalde, para formalizar la escritura pública del primer préstamo hipotecario con Caja Madrid. Como puede verse, con el número 46 es descrita una finca urbana sita en la plaza de España. Se trata precisamente de la plaza pública de uso y dominio público que, por esas y otras razones, estaba sin embargo fuera del comercio de las cosas y por lo tanto no podía ser hipotecada. Pero lo fue. Nadie ha respondido aún por ello. Es más, todavía hoy siguen algunos miembros del equipo de gobierno empecinados y negando que, efectivamente, la plaza de España fue ofrecida por el entonces concejal de urbanismo como garantía hipotecaria del primer préstamo hipotecario a Caja Madrid. Que ésta la aceptó, y que el señor notario no dijo nada. No les sirve de nada la evidencia de lo que dice el solemne texto de una escritura notarial otorgada además por uno de los suyos: el entonces concejal de urbanismo. Siguen pues negando la evidencia.

Hoy, esta finca (y por lo tanto la plaza) forma parte del inventario de la sociedad mixta en liquidación y por ello en riesgo de ser subastada. No es que el administrador concursal no lo sepa (nosotros ya se lo hemos advertido por escrito), sino que, siguiendo con todo el cúmulo de disparates, hace oídos sordos. Así funciona todo entre la indolencia y la estulticia mas atroz.  





UNA FINCA "SIN CARGAS"

Y el señor Notario hace acopio en su protocolo de constitución de la escritura de la primera hipoteca, de los documentos que acreditan que esta finca, la plaza de España, ¡no tiene carga alguna! Lo dice él y lo acredita así mediante una nota simple obtenida del Registro de la Propiedad. Es decir, que otra fedataria pública, la entonces señora Registradora de la Propiedad, asegura en sus registros públicos que dan fe frente a terceros también, que nuestra plaza pública más emblemática y antigua del municipio pero ya perteneciente a una mercantil privada, no tiene carga alguna. Sin embargo, no solo tiene cargas (tiene todas las servidumbres propias de un espacio público), sino que también tiene una insalvable limitación de dominio. Esto es, una especial limitación por estar afectada al uso y dominio público desde 1.888 en razón de su destino: una plaza pública. Es imposible cometer más disparates en una sola operación.






Pero por si no fuera suficiente, Caja Madrid puso en la concesión de estos préstamos y entre otras, una condición suspensiva: la de que no hubiera variación en la composición accionarial de la sociedad, y muy especialmente en la referida a la participación del ayuntamiento. Es decir, Caja Madrid consideraba explícitamente que el ayuntamiento era la garantía principal de esta operación de riesgo. Ahí queda eso.


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