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El Sr. Guiral se las prometía muy felices. Con el convenio aprobado encargó el Proyecto a un Ingeniero de Barcelona, lo cual sirvió de paso para evitar que el Colegio de Arquitectos de Madrid denegara el visado por tratarse de suelo protegido. Y también vio la oportunidad de eludir su compromiso asumido de pagar el sobreprecio por la compra de la finca pactado en el contrato celebrado. Como el plazo fijado para el 31 de enero de 1989 para obtener la licencia había vencido, creyó oportuno no cumplir el compromiso de pagar el sobreprecio acordado en metálico y en especie con la finca en Argentina. Poco podía sospechar el Sr. Guiral que el Sr. Onieva era un tipo con recursos y contactos.
Inpopinadamente, en marzo de 1989, las promotoras del Sr. Onieva, PROCONISA e INMOBILIARIA LINDACASA, cambiaron de domicilio social. Dejaron el elegante barrio de la calle Zurbano de Madrid, por un semiclandestino bajo en una vivienda de VPO del Paseo de la Habana 144, también de Madrid. El Sr. Onieva tenía varias empresas constituidas y en activo, entre ellas la de la Casa Grande de Torrejón, cuyo domicilio social radica en esa localidad precisamente, de modo que no se explica muy bien el porqué domiciliaba estas sociedades en un lugar semiclandestino. Luego, ¿cuál era la razón por la que el Sr. Onieva cambió de domicilio social sus promotoras?
En un Boletín Oficial aparecieron unos anuncios de la Agencia Estatal Tributaria, en cuyos listados se recogían diferentes reclamaciones y liquidaciones de descubiertos con Hacienda. Allí aparecía un empresa denominada Arquitectura, Igeniería y Construcción SL, cuyo domicilio social era Paseo de la Habana, 144. Exactamente el mismo domicilio social que desde marzo tenían las promotoras del Sr. Onieva. Hacienda le reclamaba más de cincuenta millones de pesetas por varias liquidaciones y ejercicios a esta empresa. Arquitectura, Ingeniería y Construcción SL, era una empresa constituida por un funcionario del Área de Urbanismo del Ayuntamiento, para cuya constitución carecía de permiso porque lo había ocultado. Este funcionario fue "ascendido" a la categoría de Jefe de la Inspección urbanística justo por las fechas en que TRADISA tramitaba sus licencias.Pero las licencias comenzaron a sufrir un parón. No contaba el Sr. Guiral con este contratiempo.
(continuará)
Sigo enganchado a este asunto, muy bien documentado hasta el momento.
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