domingo, 25 de octubre de 2015

LA LUPA SOBRE LAS CUENTAS



REPORTAJE DE HOY DE EL PAÍS SOBRE EL CASO PLAZA DE ESPAÑA REALIZADO POR ESTHER SÁNCHEZ

AVISO A NAVEGANTES
Mientras van compareciendo durante todo el mes en el Juzgado 1 de Coslada los que fueron administradores de hecho o de derecho de la sociedad PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL (mañana lunes lo harán los últimos cuatro testigos), parece que algunos medios (en este caso El País), van acotando la cuestión sobre los aspectos más decisivos y críticos de la gestión desarrollada en la sociedad mixta desde que fue constituida en el año 2008. Hay pues que congratularse de que al menos haya medios que no se dejen llevar fácilmente al huerto por los interesados intoxicadores del caso y ofrezcan una versión más rigurosa del asunto.

En esta ocasión la redacción de local del diario El País pone el acento en las cuentas de la sociedad mixta asegurando que están manipuladas. Así lo acredita al parecer - según el propio diario - el informe elevado por el Administrador concursal al Juzgado número 6 de lo Mercantil que lleva el procedimiento concursal. También el propio Ayuntamiento, como por otra parte se adelantó en su momento en este blog, ha ido incluso más lejos que el administrador concursal, al afirmar en su informe presentado en junio pasado al final del mandato del alcalde MORENO, que la sociedad mixta fue objeto de un auténtico saqueo o vaciamiento patrimonial.

Nada que desde luego a nosotros nos haya sorprendido, pues hace mucho tiempo, desde el año 2009 en que iniciamos la primera entrada de este blog, hemos venido denunciando a lo largo de ya trescientas entradas todo el increíble cúmulo de irregularidades que ahora vienen a confirmar y dar por ciertas los medios de información general más serios e influyentes. Efectivamente, las cuentas de PESF SL fueron manipuladas.

Es el momento más crítico y desde luego es el momento de los jueces y de los fiscales para esclarecer qué ha pasado exactamente con este escandaloso fiasco, que amenaza con arrastrar la propia estabilidad financiera de la corporación. Pero también es el momento de que la institución y particularmente su órgano plenario, en lugar de perder el tiempo con muchas ridículas e inútiles mociones sobre los más estrafalarios asuntos, se ponga las pilas y arroje luz y tranquilidad a los ciudadanos. Eso sí, con serena solvencia pero también responsable determinación. 

Y es hora desde luego de que los ciudadanos sepamos de una vez cuál es la razón para que todo esto haya podido suceder sin que nadie lo haya evitado. Y al mismo tiempo, de que tengamos la garantía también de que el Ayuntamiento, a través de sus representantes elegidos, sí, pero en nuestro nombre; en el de todos, se persone y acuse caiga quien caiga y esté implicado quien sea en esta debacle que se nos puede venir encima. Hacer otra cosa; mirar para otro lado, es desistir de un deber y defraudar un derecho que nos asiste a todos los representados, y del que no tienen derecho a desertar so pena de considerarlos también a ellos como cómplices. No hay pues razón ni para las medias tintas ni para hurtarnos la información a que tenemos derecho, respecto del desarrollo puntual de las investigaciones que hay en marcha en todas las causas judiciales abiertas de todas las jurisdicciones, que son muchas. Ya sean penales, mercantiles o contenciosas. 

Es hora pues de poner a prueba al equipo de gobierno para que nos informe adecuadamente a todos, y abandone ya esa especie de autosatisfacción y mutismo en el que parece instalado, y que comienza a ser algo más que sospechosa de simple despiste. Y la oposición también ha de estar ahora más que nunca a la altura de las circunstancias promoviendo iniciativas institucionales que exijan lo mismo: transparencia para saber qué ocurrió y ocurre con el caso, y coraje para que nos digan la verdad de lo que puede suceder a la institución si los peores presagios se cumplen.

Cualquier cosa menos esperar y dejar que sean otros los que lleven la iniciativa, porque de otra forma acabarán también ellos siendo arrastrados por la indignación. Nos lo deben todos; equipo de gobierno y oposición, por no haber sabido impedir que se haya llegado a esta situación.



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