domingo, 31 de mayo de 2015

EL ADMINISTRADOR

D. PEDRO BUATISTA MARTÍN MOLINA (DERECHA) ADMINISTRADOR DE PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL

De nuevo salta la polémica entorno al administrador concursal de la sociedad mixta PLAZA DE ESPAÑA SAN FERNANDO SL, D. PEDRO BAUTISTA MARTÍN MOLINA. Y de nuevo se cierne la sospecha sobre la acumulación de casos que este administrador lleva (más de 140). Y sobre las connivencias de algunos de ellos gracias a la libre designación de los casos más suculentos por algunos jueces de lo mercantil, al parecer invitados a realizar cursos remunerados por fundaciones o sociedades de los propios administradores concursales. 

Es, como se dice, el del juez de lo mercantil número 1 de Madrid que lleva el caso de Banco Madrid incautado por el gobierno por su vinculación con el BPA de Andorra (en la foto junto al administrador), adjudicado precisamente a D. PEDRO quien cobrará por ello según estimaciones 1,3 millones de euros. Así aparecía en una noticia económica de El País hace unos días, bajo un titular sin ambages: EL ADMINISTRADOR CONCURSAL DE BANCO MADRID PAGÓ CURSOS AL JUEZ DEL CASO.

http://economia.elpais.com/economia/2015/05/28/actualidad/1432840305_409320.html

Tras esta noticia está la más que justificada queja de depositantes y partícipes de los fondos de inversión, que han visto cómo entre este señor y el inefable (e inútil) Banco de España, han creado un corralito y no pueden disponer de su dinero porque al parecer el administrador pretende que esos depósitos (que no son de Banco Madrid sino que solo es su gestor), formen parte también de la masa activa. Una masa engrosada por esos fondos y que cuanto mayor sea mayores serán también sus honorarios. Unos días después de que El País diera esta noticia, al parecer fueron liberados esos fondos especialmente tras la presión de la CNMV. 

Lo anterior debería de hacer reflexionar a quien corresponda, sobre la extraordinaria liberalidad con que funcionan los administradores concursales y la muy escasa o nula transparencia con que deciden sus encargos los jueces de lo mercantil, gracias a una ley que les otorga un enorme grado de discrecionalidad y una preponderancia sobre otras jurisdicciones (social, civil, contenciosa,...).

Nosotros podemos tener constancia y sufrirla por la falta más absoluta de control sobre este administrador con el caso de nuestra plaza de España. La plaza pertenecía al municipio desde que en 1888 el Estado se la cedió solemnemente mediante su correspondiente escritura, hasta que en 2008 el entonces alcalde SETIÉN decidió enajenarla por su cuenta mediante su aportación a la sociedad mixta. Pues bien, no hay en nuestro ordenamiento jurídico una sola norma que indique que las plazas de los pueblos pueden ser administradas por los administradores concursales. Ni hay norma alguna ni el sentido común lo entendería. Y sin embargo ahí está este caballero cual señor feudal de la época de los señoríos ya abolidos, dueño, señor y administrador único de la sociedad que es propietaria de nuestra plaza (y de paso de su subsuelo también, claro). Y que por lo tanto decide, administra, ostenta y tutela nuestra espacio libre más emblemático sin que se digne soltarlo y de paso rebajarlo de la masa como es preceptivo. Nada, ni se inmuta a pesar de tenerlo comunicado varias veces por nosotros mismos sin ir más lejos.

Y lo más lamentable: no hay institución alguna política o administrativa que se digne llamar democrática (ni tampoco judicial), que ponga a este señor en su lugar y le haga saber de una vez que él no tiene ni puede tener amparo legal alguno para retener la propiedad usurpada de nuestra plaza. Y que por lo tanto proceda de una vez a devolverla a sus legítimos dueños: los ciudadanos de San Fernando y sus autoridades legítimas y democráticas por ellos elegidos. Que desde luego no es su caso. Ah, y de paso que devuelva también el subsuelo con las plazas de garaje, porque también han sido levantadas sobre suelo público sin desafectar. 

Un solo día más sin que este señor cumpla la ley sobre este particular, y todo nos retrotrae a lejanos tiempos del feudalismo absolutista más insoportable. Es lamentable comprobar que, al igual que hubo un tiempo en que sobre nuestra plaza solo mandaban los reyes despóticos y absolutistas que decidían pues sobre vidas y haciendas, hoy son estos nuevos e incontrolados administradores concursales quienes campan cual señores feudales ostentando y decidiendo sobre propiedades públicas ajenas, usurpando la legitimidad democrática de sus moradores cuyos legítimos intereses colectivos, por cierto, nadie defiende. ¡Ya está bien señor administrador, devuelva la plaza a su legítimo dueño el pueblo de San Fernando!



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