sábado, 15 de agosto de 2015

EL PLENO SE DIVIERTE

LA SEÑORA ALCALDESA INTERVINIENDO EN EL PLENO CELEBRADO EL PASADO DÍA 16 DE JULIO

LA ALTERNATIVA A LA CASTA ERA ESTO: MÁS DE LO MISMO
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El pasado día 13 de junio de 2015 nuestra asociación dirigió dos escritos a la alcaldía con objeto de que por parte de la señora secretaria general municipal, se expidieran los correspondientes certificados relativos a la fecha de publicación del PLAN ESPECIAL DE REORDENACIÓN DE LA UE-1 (plaza de España), así como acerca del número de páginas que contiene el documento que fue sometido a aprobación inicial de la Modificación del PGOU, a cuyo amparo fue otorgada la licencia de obras a PESF SL para la construcción de las plazas de garaje que se han construído en el subusuelo público de la plaza de España.

Sospechamos nosotros que el PLAN ESPECIAL nunca fue publicado y por lo tanto no ha entrado en vigor, con las consecuencias obvias acerca de la validez de las licencias otorgadas a su amparo. De la misma forma y aunque ya tenemos constancia de que el documento de la Modificación del PGOU sometido a aprobación provisional el día 3 de diciembre de 2009 era uno distinto al de la aprobación inicial, queremos saber también si la diligencia que dicho documento contiene expedida por el entonces señor secretario municipal, fue realizada con posterioridad al periodo de información pública.

Naturalmente de la respuesta que la señora secretaria general municipal nos dé, dependerá, entre otras cosas, la posible nulidad de todas las licencias otorgadas a la sociedad PESF SL que ha acometido las obras de la plaza de España. En definitiva, que podían ser nulas de pleno derecho todas esas licencias. Además, naturalmente, de que si la información que se nos suministre confirmara nuestras sospechas, procederíamos a poner en conocimiento del juzgado dichos documentos en la diligencias penales abiertas desde 2011.

Nuestra petición se basa como es natural en el derecho de acceso a la información que todo ciudadano tiene, y que regula desde 2013 la Ley de Transparencia, Acceso a la información pública y de Buen gobierno. Éso, y también el derecho a obtener copias y certificados. Constituye pues un derecho básico y elemental de todo ciudadano. Y mucho más en el caso de nada menos que unos planes de urbanismo que contienen como es natural ordenanzas y disposiciones que afectan a todos en general. Sería pues muy grave que no se hubiera publicado adecuadamente el Plan Especial como dispone la legislación correspondiente.

Pues bien, la administración tiene un plazo de un mes para contestar y si bien es cierto que puede ser prorrogado por otro más, nadie nos notificó esa prórroga. Y no fue sino hacia finales de julio cuando recibimos una notificación en el sentido de que los certificados pedidos ya habían sido confeccionados, pero que para recogerlos teníamos que pasar por ventanilla antes e ingresar 50 € del ala por cada uno, y poder acceder y recoger los documentos que habíamos pedido ya desde principios de junio. Pagamos pues los 100 euros de tasas para la obtención de copias y certificados (carísimas tasas) y naturalmente con el resguardo del ingreso procedimos a reclamar nuestros certificados.

Pero aquí comenzó nuestro calvario. Nadie en todo el Ayuntamiento sabía dónde estaban los certificados que unos días antes nos habían comunicado que estaban a nuestra disposición. Ni en hacienda ni tampoco en urbanismo ni, desde luego, en información. Todo lo que conseguimos saber es que podía tenerlo un empleado del área de urbanismo pero que estaba de vacaciones y que naturalmente no era posible saber dónde había podido guardar los documentos que habíamos pedido y cuyas tasas acabábamos de ingresar religiosamente. De modo que aún hoy, mediados de agosto, estamos esperando a que el funcionario en cuestión vuelva de vacaciones. Calculamos pues que no conseguiremos obtener los certificados que hemos pedido hasta mediados de septiembre. Es decir, tres meses de espera.

Pero no obstante ser víctimas del lamentable estado de nuestra burocracia, que no parece haber evolucionado mucho desde el siglo XIX, vemos con inmensa alegría que lo que a nuestros munícipes les preocupa en realidad, no es el correcto funcionamiento de los servicios municipales y no maltratar el ciudadano que se ve en la necesidad de usarlos, sino otras cuestiones mucho más trascendentes e importantes como la alta política nacional e incluso internacional.

Así es desde luego si nos atenemos a lo que es tratado en los plenos y particularmente en el último ordinario celebrado (y único) el pasado día 16 de julio. En realidad les preocupa como se dice la alta política o la política de salón, no las calamidades que puede pasar un humilde administrado para obtener en plazo lo que tiene derecho según la reciente Ley de Transparencia. Por lo que además tiene que pagar a precio de oro con tasas exorbitantes y claramente abusivas. 

En efecto, de un total de quince asuntos del orden del día del pleno citado y quitando el primero para la lectura y aprobación del acta, el resto fueron siete asuntos para la dación de cuentas (es decir, mera información de asuntos casi todos relacionados con expedientes de modificación de créditos ya ejecutados), y otras cinco lo fueron para mociones presentadas por los grupos. Mociones casi todas ellas sobre asuntos de lo más variopinto; continuando con la penosa e inveterada trayectoria de la anterior legislatura en la que fueron tratadas cerca de mil mociones. La gran mayoría absolutamente inútiles y desde luego para asuntos sobre los que el Ayuntamiento carece de competencia alguna.

Hubo dos mociones contra el Tratado Transatlántico Internacional de Comercio. Sí dos mociones, no se conformaron con una, dos. Otra contra lo que denominan "ley mordaza", es decir, contra la Ley de Seguridad Ciudadana, otra más para expresar la solidaridad con el pueblo griego, y una más a modo de panegírico al concejal Zerolo del Ayuntamiento de Madrid. La única que guardaba alguna relación con asuntos propios de la corporación fue la relacionada con la personación en unas diligencias judiciales en nombre del Ayuntamiento y que sí pueden afectarle.

Es bastante desolador comprobar el nivelazo de las preocupaciones de nuestros ediles cuando se proponen sobreactuar si hay público presente, y tratan de utilizar esa plataforma del pleno como caja de resonancia para lanzar soflamas y consignas de todo tipo, casi siempre cargadas de retórica huera y con sobredosis de ideología. Aprovechando asuntos de actualidad sobre los que, además, o conocen mal o simplemente están trufados de prejuicios sectarios porque casi siempre son arrojadizas; es decir, se lanzan contra algo o contra alguien. ¡Pero cómo se divierten los condenados y además les pagamos por esto!

Así es como descubrimos que nuestro pleno está plagado de expertos conocedores en comercio exterior y derecho internacional, o de conspicuos especialistas en derecho y seguridad ciudadana. Cuando no de retóricos lugares comunes de solidaridad con otros pueblos víctimas del FMI o de la Troika, del recetario de la ya consabida sofística dogmática tan al uso de Podemos vulgarmente conocida como populismo sin cuento. Y por supuesto, que no falta tampoco quien aproveche la oportunidad del cauce de las mociones, para soltar todo un obituario a un correligionario propio fallecido, con el conmovedor pretexto de su lucha por los derechos cívicos como si del Harvey Milk español se tratara.


Que todo lo anterior sea el objeto de preocupación de nuestro munícipes con mociones y pomposas declaraciones de por medio, mientras cualquiera de nuestros sufridos administrados o usuarios, como ha podido ser nuestro caso, sufre el humillante trato de que su derecho a obtener copias y certificados en el plazo legal de un mes es inalcanzable por mor de una burocracia municipal inamovible y cara, revela con redundante contumacia que no ha cambiado nada con el cambio de gobierno. Ni tampoco en los hábitos del pleno y la oposición, tan blanda y perdida que debemos abandonar toda esperanza ya para esta legislatura. ¡La que nos espera!


Así pues el pleno se ha convertido en un mero divertimento para los grupos municipales, quienes ni saben ni les interesa arreglar y preocuparse por lo que el simple ciudadano de la calle tiene que sufrir ante la burocracia municipal para, por ejemplo, conseguir que ésta respete sus derechos más básicos y pueda ser cierta y cumplida la propia Ley de Transparencia en sus preceptos más básicos. Y en lugar de ello y de dedicarse a solucionar y remover los obstáculos que lo impiden, acaben creyéndose que ellos solo han salido elegidos para empresas más altas como grandes esoñanciones sobre política internacional, o para lanzar cacofonías que reproducen consignas una y otra vez de política nacional y partidaria, para las que ya hay otras instituciones y otras plataformas con competencias sustantivas propias. 


¿Cómo vamos a tomarnos en serio a estos aprendices de brujo de la política local, con todo este despliegue una y otra vez de ingenua propaganda partidaria metida de matute por el falso cauce de las mociones municipales, con las que pretenden arreglar el mundo mundial, si son incapaces de cumplir y hacer cumplir con el más elemental de los derechos municipales ciudadanos como obtener copias y certificados en el razonable tiempo que fija la ley de un mes? 


Y todo ello que tras pagar elevadísimas tasas, aún le quede al sufrido ciudadano que esperar la incertidumbre de que el funcionario o empleado municipal que debe de haber guardado esos certificados en su cajón, vuelva de sus vacaciones y así, con un poco de suerte, recuerde que tiene pendiente de remitir unos certificados que sus destinatarios no solo han pagado a precio de oro, sino que esperaban desde dos meses antes con la ilusa esperanza de ver que en nuestra burocracia municipal algo habría cambiando con el nuevo equipo. 

No, nada ha cambiado como puede verse. Todo sigue igual si no peor. Ciudadanos maltratados y con sus derechos ignorados, mientras nuestro pleno se divierte porque sus grupos políticos están convencidos de que los hemos elegido para arreglar el mundo mundial y sus problemas de todo tipo. No para cumplir algo tan básico y elemental como conseguir tener un simple certificado en el razonable plazo de un mes, aunque para ello te sableen cobrándote por anticipado varios meses antes, unas abusivas tasas de 100 euros. Certificados que no entregarán no obstante hasta que el empleado municipal vuelva de sus vacaciones y acaso en un golpe de suerte, descubra que en el fondo de su cajón y antes de marcharse, había dejado esos documentos que confiados administrados como nosotros necesitábamos para el mes de julio.

Definitivamente, es desmoralizador comprobar que el recambio de la casta era exactamente esto: más de lo mismo. En efecto, San Fernando de Henares sí puede incurrir en los mismos tics de siempre e incluso corregirlos y aumentarlos. No sabemos si los griegos estarán reconfortados con tanta solidaridad como dicen profesarles estos partidos nuestros de la extrema izquierda fieles a su internacionalismo proletario y de los pueblos, como si de la periclitada III Internacional se tratara. Pero lo que sí sabemos es que como sufridos administrados suyos, no solo no conseguimos ni conseguiremos que se cumplan leyes como la de transparencia, sino que hemos interiorizado ya que no somos para ellos, exquisita élite política de intocables destinados a las más grandes empresas, otra cosa que unos indefensos parias víctimas de nuestra burocracia más infernal. Vamos, como siempre.


Y todo ello mientras en los plenos, uno tras otro desde la otra legislatura, nuestros grupos y portavoces nos inundan de mociones de todo tipo para acordar de todo y sobre todo. Ya falta poco para que los ocurrentes ediles rememoren otras viejas mociones antológicas ya escuchadas en lejanos plenos, que abogaban por reclamar competencias municipales sobre el espacio aéreo del pueblo. Doble contra sencillo a que algo parecido lograremos ver durante esta legislatura. Y todo eso mientras son incapaces como se dice, de conseguir que cumplan la ley de Transparencia en sus aspectos más simples, sencillos y elementales.


CODA

Asombra bastante la flojera de la oposición con el equipo de gobierno, no se sabe si por la modorra del calor o porque estaban pensado en las vacaciones, o por la bobada esa de los cien días de gracia. Pero la señora alcaldesa se soltó varias veces el pelo ante preguntas de los ediles, con la misma soltura que si estuviera presidiendo una junta de vecinos o una asamblea del círculo de Podemos. No hacía falta más que fijarse en el lenguaje no verbal para comprender que contestaba lo primero que se le ocurría, o lo que le soplaban al oído. Y así, por ejemplo, entresacamos uno de entre otros insólitos disparates evasivos escuchados como respuesta a las preguntas hechas, cuando declaró directamente derogado por ella y sin más detalle el Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales. Y aseguró también que en su lugar puede aplicar la Ley de Sociedades de Capital en sustitución del artículo 93.3 del RSCL que regula la composición del consejo de administración de la EMS formado en un pleno extraordinario anterior, con dos miembros del equipo de gobierno de un total de tres. El desparpajo con que se despacha la alcaldesa deja pálido al mismísimo Marx, D. Groucho, claro. Si no le gustan a usted mis principios, pues tengo otros. ¡Y la oposición se lo cree todo tan complaciente!




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